sábado, 7 de febrero de 2015

Capítulo 6 "El auditorio"

"Sobre Durmientes y Jugadores "Capítulo seis




“El auditorio”.


El tópico de teatrum mundi se refiere a la concepción del
mundo como un teatro. La palabra “persona” antiguamente
denominaba a los personajes de un teatro. “Persona” significa
máscara. Cada uno elige que tipo de persona quiere ser, pero es
obvio que en la mayoría de los casos uno es instado a ser cierto
tipo de persona. El entorno nos condiciona, a veces el maltrato
genera resentimiento, y elegimos ser una persona, cruel, o tal vez
todo lo contrario. Tal vez un niño consentido se convierta en un
adulto fracasado, tal vez en un hombre agradecido y exitoso. Es
entonces que reaparece el concepto de causalidad fortuita. Todo
es producto del condicionamiento, para bien o para mal, estoy
totalmente en contra de esta teoría, creo que uno elige su persona,
uno la crea en base a las conclusiones a las que llega mediante el
análisis de lo real. Tal vez un niño maltratado se convierta en un
hombre cruel porque piensa que de otro modo será vulnerable. Es
en sí, una estrategia.
El concebir al mundo como un teatro nos lleva a pensar en
quién nos observa. Yo llamo a esta entidad sensible “El
auditorio”. Se desconoce que es el auditorio, aunque sea
nombrado por todas las religiones y creencias. El auditorio juzga
nuestras acciones. El auditorio es Dios. Pero no un dios creador,
sino un dios observador, catalogador. No es quien programa. Ni
es “el” programa. Como seres sociales, realizamos nuestras
acciones para un público implícito. Nuestra mente piensa
palabras, hablamos con alguien todo el tiempo, en teatro esto se
llama soliloquio. Quién no ha sentido alguna vez la mirada del
auditorio. Quién no ha fantaseado con un accidente, una tragedia,
el suicidio, etc. Sólo para agradar o desagradar al auditorio.
Recuerdo una anécdota muy interesante, relacionada con el
auditorio. Caminaba yo con la que en momentos pasaría a ser mi
ex novia. Íbamos discutiendo por cuestiones de celos de su parte
hacia una de mis mejores amigas. Yo no podía dejar de sonreír.

“¿De qué te reís?” me gritó. No supe que decirle, le di un beso y
cambié mi rumbo para caminar por una calle paralela. Al transitar
por esa calle no podía dejar de reírme, era tan graciosa aquella
escena. Me sentía dentro de un teatro y yo era el actor principal.
Tal vez el auditorio sea una especie de súper consciencia, un
observador inerte. La mirada sin los ojos. El accidente sin la
sustancia. En este teatro que es el mundo hay Jugadores-actores
(PLAYERS), pero también hay personas que desconocen el
concepto de teatrum mundi; estos son los durmientes
(SLEEPERS). Los PLAYERS al igual que los SLEEPERS,
desconocen por qué están en el mundo, pero a diferencia de los
últimos saben bien que están en él.
El auditorio mira a través de nuestros ojos, y si lo
permitimos, comanda nuestras acciones. Esto sucede cuando
somos objeto de las circunstancias y no agentes creadores de
realidades.

Alejandro G. Vera

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