lunes, 5 de agosto de 2013

La encrucijada con el diablo, Diálogo con Robert Johnson.


Dicen que hasta esa época, antes de la noche en la que Johnson le vendió el alma al diablo a cambio de lecciones de guitarra, él era un tipo común, mediocre, como cualquiera. Sin embargo, luego de las lecciones Johnson desarrolló formas de tocar nunca antes oídas. La típica base de acordes de quinta y sexta es creación suya. Mucho de los Blues que se tocan hoy (de hecho Johnson solo grabó 29 temas), son éxitos donde se toquen. Dicen también que tocaba casi en la oscuridad, para que no se vieran sus ojos de poseído.

A veces el encuentro con un buen profesor nos cambia, como a Johnson. Pero me contaba un amigo que también hizo un pacto con el diablo, que es imposible que Johnson le haya vendido el alma al diablo. Porque el blues se toca con el alma, solo eso se necesita. 

Tal vez fue el diablo quien vendió un poco de su alma al negro esa noche, solo para desencadenar la prisión de la esclavitud, solo para que el himno de USA sea un gospel negro...

Aquí les dejo el video de youtube con el único disco de Johnson:


Espero que les sirva esta reliquia infernal para estar un poco más cerca de la excelencia y el blues de los negros, que es el auténtico blues...




Alejandro Gonzalo Vera


Volviendo a la temática del auditorio...


Hoy les voy a hablar un poco sobre la "causalidad fortuita" , que es uno de los conceptos que explico en mi libro "Sobre Durmientes y Jugadores".

La causalidad fortuita es básicamente el hecho de que todo acontecimiento ocurrido en la realidad en la que estamos situados es factible luego de una explicación. Es más, todo suceso parece venir a priori, con una explicación implícita. Esto está estrechamente relacionado con el consenso social y la cosmovisión del momento en el que vivamos. Lo extraño es tal porque es no-explicado. la explicación parece apaciguar a las personas, adormecerlas. Luego, ya no es necesaria una explicación, sino solo una iconografía de la explicación. No se necesita saber, se necesita disponer del conocimiento.

No se necesita una certeza, se necesita control.

El control es el hecho de saber que lo social es concomitante con los paradigmas de nuestra mente y la forma de nuestro mapa de lo real es lo suficientemente parecida a lo real en sí como para no caer en la locura.

A esto lo llamo estar dormido.

En sánscrito "sueño" y "engaño" se escriben de la misma forma...

Toda explicación es una explicación ad hoc, para el común de la gente es mejor no pensar. Esto es relativamente bueno porque el pensamiento en demasía es compañero de la locura. lo que importa es asimilar rutas de operación. Sabemos que no debemos meter los dedos en el tomacorriente, luego no los metemos, no ya porque de corriente sino porque hemos asimilado el hecho de que es peligroso. Esto suma tiempo de operatividad a las personas. Así también los introduce más y más en el engaño de lo real...



Alejandro gonzalo Vera